domingo, 24 de abril de 2011

DUBLIN DIA 6

Hoy me despierta no la agradable alarma que tengo en el celular sino un enérgico sacudón. Antes de abrir los ojos ya estoy preparado para la batalla…cierro los puños y al grito de “querés jugar de manos hijo e’ puta?” me pongo en pie de un salto. Un anonadado Stefan me mira como preguntándome “que carajo fumaste?”, “Disculpá man…creí que eras Indio Conspirador…nunca se sabe con estos hijos de puta…” La expresión de Stefan no cambia en lo absoluto. Le pido disculpas. Claro. Me despertó para saludarme porque se va para Londres. Buena onda el loco. Lo agrego a Facebook (vamos sumando contactos europeos con casas en europa…gol) y nos despedimos. Pibe macanudo. “Ve con Dios, hijo de la luz…que Thor y Vishnú guíen tus pasos”.
Me pongo a escribir en la pc y alguien toca la puerta. Y quién entra? China Maligna con la que yo supongo su madre. Me mira, la miro, nos miramos. El odio se refleja en su rostro, pero yo no puedo decir nada. No puedo dejarle saber que yo sé. La saludo con una hermosa sonrisa digna de la Gioconda y le digo que ya recuperé mi toalla…y no gracias a ella. Me pregunta que cómo la conseguí y le digo que me la dio la chica de recepción. Error. Ahora temo por la de recepción. Si le pasa algo va a ser culpa mía. Mejor la vigilo por las dudas. Ducha, cambio de vestuario y al lobby a huevear en Facebook. El día está re nublado y cero ganas de salir. Encima es domingo, no puedo ni ir al banco.
Como el día pinta aburrido aprovecho y cuento. Los irlandeses son gente rara. Acá la gente no saluda. Pero no por maleducada o por ortiva. Yo saludo siempre preguntando cómo va el dia y me responden con la mejor onda. Pero no es la regla. Es la excepción. Pero los voy a convertir a mi movida. Voy a empezar a aplicar el saludo aleatorio en la calle. Ya van a ver…Crónica me va a venir a entrevistar a Dublin. (“yo venía pisteando como un campeón…”) Pero la gente tiene buena onda. Otro detalle divertido: ves borrachos en la calle a cualquier hora. Pero no alcohólicos. Borrachos, de esos que no entienden nada, que salieron de joda la noche anterior y no se enteraron que estaba amaneciendo. El mejor que vi hasta ahora fue uno durmiendo en el costado de la calle, abrazado a una botella de güisky abierta. Pero no era un linyera. Era un tipo muy bien vestido…para mí que el loco se tiró a dormir voluntariamente, no fue que se cayó o algo. Al tipo le debe haber dado toda la paja llegar hasta su casa y mandó todo a la mierda. Pero lo bueno es que tenía el desayuno listo entre sus brazos.
Esto se está tornando aburrido. Mejor salgo. Me paro, dejo la mochila en el cuarto y me voy para Temple Bar. Lo genial de esta zona es que está a 5 cuadras del hostel y son TODOS bares. Entonces podés elegir el que más te guste en el momento. La idea es no repetir bar. Llego a Temple Bar y me encuentro con el personaje del día. Si leyeron hace dos días recordarán que fui al museo del Leprechaun, esos enanitos verdes que según el mito guardan su olla de oro al final del arcoíris (http://www.youtube.com/watch?v=1JO0-WCEOw4 aca tienen un ejemplo). Bueno, estoy caminando por Temple Bar y en la placita central veo a un enano, midget, persona pequeña…en fin, enano, vestido como un Leprechaun y con barba naranja. Casi muero de un infarto. Por poco y me abalanzo sobre él a sacarle donde tiene escondido su oro a los golpes. Luego de este primer impulso de violencia que por suerte logré manejar, el siguiente impulso fue empezar a reirme. Pero como todos saben, los Leprechauns no suelen ser buenos. Este no era la excepción. Se dio cuenta que lo estaba mirando y me miró a su vez. La cara de ojete que puso cuando vio que en la comisura de mis labios asomaba una sonrisa no tiene nombre. Tengo miedo. Mamá, por favor vení a buscarme (y traeme un calzoncillo). Mierda que cagazo que me dio el enano ese. Cara de malo que puso…parecía Dany Trejo pero pelirrojo y sin bigote. Mejor sigo caminando. Tengo que elegir a que bar entrar. Lo genial es que la decisición es ver a que bar entro, no que cerveza voy a tomar. Eso ya está decidido por default: GUINNESS. Pero sigo sin saber dónde. Mientras recorro este laberinto de decisiones en mi cabeza, escucho un irish whistle. Si, la misma mierdita que me compré yo, pero en acción. Debe ser el flautista de Hammelin el que está tocando, porque automáticamente me dirijo hacia allí, como hipnotizado. La música viene de un bar medio oculto en una calleja. En la puerta un cartel reza “FREE LIVE MUSIC 7 DAYS A WEEK”. Encontré mi lugar. Bah, no, el lugar me encontró a mí. Por adentro el bar es muy similar a los otros. Techo bajo, principalmente hecho de madera. Mesas redondas con butacones, luz baja, sillas cerca de la barra que recorre toda la pared del local. Un detalle que me encanta: la barra de la pared está hecha de reluciente bronce. Genial, puedo mirarme a mí mismo mientras tomo. Orgazmo (si, es con Z, mi blog, mi gramática). En un pequeño escenario se encuentran dos músicos: el primero sostiene una guitarra acústica con la bandera de Escocia y canta a su vez con muy buena voz. Pero es el segundo el que atrapa mi atención, más bien su regazo es el que atrapa mi atención (chistes fáciles, abstenerse). Sobre sus piernas descansa una Irish Bagpipe, o gaita irlandesa. Definitivamente encontré mi lugar. Me pido una Guinness y me siento en la barra de bronce para mirarme. El show consiste en que alguno de los bebedores de público les pida a los músicos que toque un tema y ellos lo tocan. Increíble. Me quedo sentado ahí. Me muero de ganas de pedirles que toquen WILD ROVER, pero con la suerte que me caracteriza seguramente no la saben o es una canción prohibida en Irlanda…o simil. Me quedo con las ganas. Tal vez en otra ocasión. Dos horas y unas Guinness después me vuelvo al hostel. Pero antes una parada en el super. Basta de comer en Arcos Dorados. La era de la cocina ha comenzado para mi. Ahora, qué mierda compro? Qué es lo que sé cocinar además de los omeletes? La respuesta es nada. Bueno, que sea lo que Dios quiera. Yo me llevo unos bifes de panceta, queso, pan para los sangúches y huevos (hay que tener un plan B, siempre).  
De vuelta al hostel. Ahora si. Una sesión más de feisbuc (acaba de pasar algo muy loco: quise escribir Facebook como suena y como lo ven antes de este paréntesis y el Word automáticamente me lo corrigió…fuck it! Mi blog, mi gramática estúpido programa!!!) y a cocinar. Milagrosamente los sangúches increíblemente bien. Y no me quemé. Pero no hay nadie mirándome, como en los Simpson cuando el policía tira el sombrero al piso y éste rebota y se coloca de nuevo en su cabeza.  Una cagada. Pero por lo menos estoy comiendo algo hecho con mis propias manos. Ya no hay nada que pueda detenerme…soy como Morgan Freeman en “El Todopoderoso”. Mientras ceno llegan Mariana, Guillermo y Gallega. Pero Gallega se despide rápidamente porque tiene que volver a su casa temprano. Nos quedamos con el Willy y la Marian cenando todos juntos y a los 10 minutos se nos une Marianella. Entre charlas y chistes idiotas de mi parte aparece un personaje oscuro del hostel del cual todavía no hablé porque estoy tratando de descifrarlo, pero ya fue. La mano viene asi: es un hombre que está todo el tiempo de traje. Llegó al hostel el mismo día que yo. Se pasa horas de horas sentado en los sillones del lobby. No habla con nadie. Si le hablás te responde con monosílabos. Claramente es un tipo deprimido. Con los chicos nos ponemos a proponer teorías, y la que va ganando por ahora es la mía. Para mí la mujer lo hechó de su casa. Porque la gente en un hostel o que está de viaje no se trajea. Eso indica que tiene un laburo, o que lo  tuvo hasta hace poco. Es local, porque tiene acento irlandés. Y si te quedas en un hostel es porque pensás que es algo pasajero, porque si no te irias a lo de familiar o un amigo o alquilarías algo. Bueno…esas son mis teorías. Esperemos que el señor Felicidad no frikee y nos cague a tiros a todos. No tengo ganas de ser un superhéroe y tener que salvar a todos los del hostel. Aunque pensándolo bien…

1 comentario:

  1. lo tuyo no es gramatica propia, en todo caso es ortografia propia :P

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