miércoles, 27 de abril de 2011

DUBLIN DIA 8

Noche de mierda. Me acuesto tipo 12 de la noche, luego de ver un capítulo de “Agatha Christie’s Poirot” y me sumerjo en el hermoso mundo de los sueños…por un rato. Un par de horas después, me despierta un motor. Pero se ve que anda mal, porque no hace ruido constante, sino que mantiene un ritmo. “Llevalo el mecánico ratón!” pienso…y cierro los ojos nuevamente. Pero el ruido del motor sigue. Y lo más loco: no parece alejarse ni acercarse…es como si estuvieran tratando de arrancarlo. Esto amerita un vistazo desde la ventana. Oh sopresa! No hay ni un solo auto en la calle. Debo estar escuchando audiciones. Pero no. No puede ser. Me pego una cachetada para terminar de despabilarme y finalmente entiendo. El sonido no viene de afuera de la habitación sino de adentro. Y no es un motor...es el gordo que duerme en la cama de al lado. Hijo de re mil putas!!! Excuse my french. El señor tiene una fábrica adentro de sus pulmones. Amazing. Bueno, una vez resuelto el misterio no me queda otra opción que volver a la cama. No sé cuántos de ustedes han tenido que dormir al lado de una licuadora/ciclomotor/cohete de fusión atómica (“Y no hace nada de ruido!!!” Benditos sean los Simpson que me dan ejemplos para todo), pero a los que les haya pasado saben que es imposible dormir. Bueno, yo lo acabo de experimentar. Traté de todo, desde taparme las orejas con la almohada, cambiar de posición, hacer ruido a propósito tratando de despertar al susodicho, ponerme auriculares, prender el mp4, incluso tratar de acostumbrarme al sonido de este hombre como cuando niños jugábamos a buscarle ritmos al ruido del ventilador de techo por las noches!!!. Pero nada, los resultados son los mismos: NO PUEDO DORMIR. Justo cuando mi desesperación está llegando al límite sucede el milagro. Un yanky que comparte el cuarto esta noche (y parece ser que se encuentra en la misma situación que yo) se levanta y sacude al carburador humano para despertarlo. La única explicación que le da al soprendido roncador es “Estabas roncando como una marmota, no podemos dormir así…disculpá”. Y se vuelve a meter en la cama. Que valor, que huevos y que poder de resumen!!! Mi nuevo héroe se llama Yanky. Tendré que reclutarlo para la lucha contra Indio Conspirador y China Maligna. Hablando de eso…no me sorprendería que el roncador fuera un aliado de ellos, o un simple enviado para volverme loco. Son astutos, pero todavía no me superan. You can’t fool the master!.
Luego de esta victoria total me duermo nuevamente, para despertarme a las pocas horas. Hoy tengo que ir al banco y a seguir en la búsqueda de alguna actividad que me permita estirar el viaje todo lo posible. Al levantarme noto que el carburador humano sigue durmiendo. Es mi oportunidad. Creo que nadie jamás hizo tanto ruido para levantarse de una cama y agarrar su toallón. Y solo por las dudas abro la cortina que bloque el paso de luz hacia el ya no tan plácido rostro de nuestro amigo roncador. Conchi tu má! Cuando regreso de la frugal ducha el sujeto en cuestión ya se encuentra totalmente despierto. Si sus planes eran dormir hasta tarde claramente falló.
Próximo paso: internarme en la interné a mandar curriculums. En algún momento surgirá un trabajo. Nada del otro mundo para contar: búsqueda online, mandar c.v., búsqueda online, mandar c.v…creo que se imaginan el resto. Y si su imaginación es lo suficientemente buena sabrán que me aburrí como una ostra. Mejor salir a caminar en busca del personaje del día.
Y aca voy a hacer un llamado de atención. Y es serio. Vengo caminando por la calle y llego a una avenida en donde el tráfico se encuentra detenido por el semáforo. Habrá una cola de 30 metros de autos. Y de fondo el sonido de una ambulancia, que viene andando ligerita pero que al llegar a la cola de autos se detiene por razones obvias, ese estúpido concepto de la física que dice que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio en un mismo instante. Bueno, cuestión que se detiene. “Acá te quiero ver…”. Pero mientras pienso esto sucede algo maravilloso. Los peatones automáticamente dejan de cruzar, dejando espacio para los autos del frente para moverse hacia adelante. Todos empiezan a movilizarse, incluso un auto sube las ruedas delanteras al cordón. En menos de 15 segundos la ambulancia puede pasar a través de los autos y seguir su camino. No hubo ni un solo bocinazo ni una sola queja. También falta el vivo que se tendría que haber pegado a la cola de la ambulancia para salir rápido. Nada. Impecable. Sinceramente me pongo de pie y aplaudo. Y a estoy de pie. Mejor aplaudo. Luego de dos palmadas me doy cuenta que nadie me va a seguir en el aplauso. Sigo caminando.
Después de girar un rato y no ver nada extraño, me lo encuentro a Guille adentro de un local donde venden Pasties. Como estoy seguro que no tienen idea de que son las Pasties les explico: piensen en la foto de una empanada. Abren la foto con paint. Tocan ctrl+W y la agrandan un %175. Bueno, ahí tienen una pastie. Si, es una empanada más grande. Pero tengo demasiadas palabras en la cabeza como para explicarlo de manera simple. Esta es la parte en donde más de uno va a abrir el paint para fijarse qué carajo pasa cuando tocan ctrl+W.
Nos quedamos charlando y me comenta que las noches de los martes hay un boliche llamado Daisyes, que abre sus puertas a partir de las 8 de la noche que después de pagar una entradita de 5 euros adentro podés conseguir cualquier pinta de cerveza y hamburguesas enormes todo por 2 euros. Teniendo en cuenta que el promedio de precio de una pinta anda por los 4 euros en cualquier bar cualquier noche esta es una buena oferta. No hay que decir más. “Más bien guachín”. Pero hay un inconveniente. Es para mayores de 21. Mierda. Estúpida minoría de edad. Tengo que pensar en algo. Empiezo el retorno al hostel. Llego y me siento con la pc en el lobby. Se me acerca René, una de las australianas que atienden en recepción y me dice “Los martes a la noche hay un boliche por acá cerca con cerveza y hamburguesas re baratas, por qué no le decís a tus amigos y se vienen?” Tengo que pensar en algo, ya. Y de golpe un rayo de luz me ilumina: tengo dos pasaportes. No uno, sino dos. El italiano y el argentino. Ya fue, falsifico el argentino, total para moverme por acá solo necesito el italiano, y para volver a argentina…bueno, todavía falta para eso, tengo que resolver problemas más urgentes. Saco mi pasaporte de la mochila y agarro mi marcador indeleble ultrafino (“SIEMPRE LISTOS!”). Como todos ustedes sabrán el pasaporte tiene plástico sobre la foto y sobre toda esa página, por lo que si escribo sobre el film luego lo podré sacar con alcohol. Y a está todo solucionado. Manos a la obra. Veamos si un año entero de cursar falsificaciones y adulteraciones da resultados. Se ve que la cursada de esa materia dio resultados porque la teoría la tengo fresca como una lechuga. Pero todos saben que todavía debo caligrafía. Las modificaciones me quedaron horriblemente mal. Con esto no engaño ni a un murciélago miope. Tengo que pensar otra cosa…pero no tengo tiempo. Tengo que cocinar todavía y después salir para el cheboli. Haré como hago desde los 16: saldré sin ningún tipo de identificación y apostaré a mi simpatía y cara de viejo. Cocino a las chapas y me cambio. Nos encontramos con Guille y Mariana en una esquina y empezamos a andar. No es muy lejos. Llegamos a la puerta y nos quedamos parados. Dos guardias del tamaño de Hulk Hogan aguardan en la entrada, pidiendo identificación a todo el que intenta pasar. Obviamente hay varios que se quedan afuera debido a esto. Pero ya estamos acá…vamos. Se manda Guille primero y yo me pego a su espalda y cuando llegamos a los patovas...
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Suspense….
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ENTRO. Pensaron que me iban a rebotar soretes? Se olvidan que soy un capo. Mientras paso saludé amablemente al patova el cual respondió mi saludo con un amigable “Have fun guys!”.
Adentro el boliche es enorme. Está conectado a un hotel 5 estrellas. Bien chetito es el lugar. Pero cuando digo enorme es ENORME. HUGE. Y no tiene la onda de los boliches argentos. Al contrario, tiene la onda que me gusta a mí. Un lugar semitechado, música fuerte y la gente parada con sus vasos en la mano, bailando un poco, charlando, etc…genial. Amo este país gentuza. Lo mejor de todo: no hay atisbos de que vaya a sonar algo relacionado con el reggeaton. PARADISE. Adentro nos encontramos con las australianas del hostel y nos ponemos a charlar…muy buena onda. Todo el mundo se divierte. Pero hay algo que me llama la atención: no hay colorados. Donde están los irlandeses? Resulta que este es un bar destinado principalmente a turistas. Yo como estoy desempleado no me di cuenta, pero estamos de fiesta un martes. Claro. Girando y girando por el boliche nos ponemos a charlar con brasileros, gallegos, tanos, franceses…es como un popurrí de nacionalidades, todos divirtiéndose y tomando. Un plus: en pantallas estratégicamente distribuidas dentro de boliche están pasando el partido del Manchester UTD. Dos veces se estremeció el boliche bajo los gritos de GOL. Es increíble, estamos rodeados de mujeres hermosas, tomando, escuchando música, pero ningún hombre se perdió jugada del partido. Unas horas después Guille me presenta a un amigo que se acaba de encontrar. “Este es el panameño que te conté que está de la nuca”. Y ciertamente lo está. Muy divertido el loco. Bailando en estado de éxtasis (si, claramente consumió) no para de gritar y moverse. “Tome capitán! Su mano está vacía!” y me da un vaso con sidra. Seguimos bailoteando y de golpe veo al panameño que me señala su mano. Me acerco para escuchar que dice y me tira “Mire mi mano capitán, préstele atención a mi mano” y de golpe le toca el culo a una señorita que pasaba. Esta escena la repite como cinco veces seguidas, siempre llamándome capitán. Seguro que es marino….

2 comentarios:

  1. mire mi mano capitán, prestele atención a mi mano...
    lo voy a aplicar a tantas cosas por el resto de mi vida que me da ganas de vivir mucho

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