lunes, 27 de junio de 2011

ESCANDINAVIA PARTE 3

No hay dos sin sin tres. Que buen programa. RICOS Y MOCOSOS era una genialidad.
Y llegamos a Dombas. Y nos pasamos de Dombas. El lugar al que nos dirigimos se encuentra en las afueras del pueblo, en medio de la montaña. Luego de subir un par de colinas vemos una casa gigante. “Estos pibes la tienen clarísima…se alquilaron una mansión en el medio de una montaña”. Pero las primeras impresiones generalmente son erróneas. La casa pertenece a la dueña del lugar, una anciana de unos ochenta años, conocida de la familia de Hans. Frenamos frente a la casa y nos apeamos del automóvil (estoy en Barcelona en este momento…tengo que hablar como español para quedar bien). Hans, Daniel y yo avanzamos hacia la casa. En la puerta de la misma hay un sobre que dice “HANS” y adentro, un juego de llaves. Por la antigüedad de las llaves doy por sentado que son para abrir el cofre de algún tesoro vikingo. Pero de nuevo mis primeras impresiones son erróneas. Luego de tocar la puerta repetidas veces y no recibir respuesta empezamos a caminar hacia las camionetas de nuevo, pero, cual película de terror de los años ’70, apenas nos damos vuelta escuchamos abrirse la puerta a nuestras espaldas. Miro hacia la misma y no veo nada. Esto me da miedo. Miro de nuevo y nada. Miro hacia abajo y allí está. Una señora de corta estatura, y cuando digo corta entiéndase no mas de un metro cuarenta de estatura. Se pone a hablar en un rústico alemán con Hans. Por suerte entre el poco conocimiento que tiene la señora del alemán, y el poco conocimiento que tiene Hans del noruego, logran entenderse. La señora nos entrega un vidón de 25 litros con agua potable. Si necesita darnos ese vidón quiere decir claramente que vamos a vivir en una casa algo rústica. Mientras nos dirigimos a la puerta algo golpea mi cabeza con inusitada fuerza. “Los trolls loco…los trolls nos atacan!!!” grito mientras sujeto mi dolorida cabeza y ruedo por el piso para esconderme atrás de un sillón. Hans y Daniel ponen nuevamente LA MIRADA. La viejita solo sonríe. Miro hacia el lugar donde sufrí el atentado contra mi integridad física. Por suerte no hay ningún troll. En su lugar solo está el marco de la puerta. Pero parece ser que las puertas fueron hechas a medida…de la anciana. El marco debe tener un metro sesenta de altura. Me miro las manos y tengo sangre. Pero mi herido orgullo hace que me calle y sonria tontamente para disimular lo idiota que me siento. Le agradecemos a la señora por el agua y volvemos a las camionetas. Lo que sigue es algo que crei que no iba a ser posible lograr. Una subida de unos 45º de inclinación. Para una camioneta 4x4 hubiera sido un juego de nenes, pero para una casa rodante de treinta años de aniguedad…mamita, crei que se iba acantilado abajo. Pero se pudo. Seguimos avanzando un poco colina arriba y allí está: la casa donde viviremos los próximos días. Pero más que casa es una cabañita.


Un rápido vistazo a nuestro alrededor y me quedo maravillado. El ingeniero cósmico jamás me dio un espectáculo tan hermoso. Allí, a escasos metros de donde me encuentro se erige, imponente, majestuoso…UN BAÑO. Hace alrededor de una semana que venimos viviendo en camionetas y utilizando baños de distintas categorías, a saber: estaciones de servicio, campings, bosques, pozos, lagos. Y un pequeño detalle: los baños públicos o de estaciones de servicio, generalmente te los cobran 5 coronas (ya sean coronas noruegas, suecas o danesas). Por lo que tener un baño a mi disposición y completamente gratuito es una grata sorpresa. Entramos a la cabañita, pero esta vez, con el dolor de mi ultimo encuentro con el marco de la puerta todavía latente, esquivo el marco. La cabaña cuenta con una mini habitación con una cucheta, una mini cocina y una suerte de living comedor con un hogar de hierro. Pintorezco, aunque pequeño para nueve hombres de veinte años. La distribución será la siguiente: dos en la cucheta, dos en los sillones del living, dos en el hippie bus y tres en la casa rodante. Ya es tarde, por lo que Jascha y Gunter se ponen a cocinar. Fideos. Esto empieza a tener cierta monotonía, pero no importa. No estamos para lujos. Aunque una salsa de caviar y salmón para los fideos podría quedar fantástica. Cenamos, charlamos y a la cama. Parece ser que mañana Hans nos va a mostrar el lugar donde él y su papá suelen ir de pesca.
A la mañana siguiente me despierta el ruido de gente hablando a mi alrededor. Los chios ya se levantaron hace un rato y preparan las cosas para el desayuno. Pan, queso, pan, queso, no vale puntín. Luego del original desayuno y de lavar las cosas veo que todos empiezan a armar sus mochilitas para ir al lago del que nos habló Hans. “Para que llevan mochilas loco?” “Para llegar a este lago tenemos que caminar dos horas pelado…y estuvo lloviendo estos días…mejor traete un par de medias y algo para cambiarte por las dudas.” Mierda. Dos horas hasta llegar al lago. Lo que significa que también tenemos que caminar dos horas de vuelta. Y todo para que Hans, Christoph y Julius puedan pescar. Pero bueno, para algo vine a tierras vikingas. Pero este vikingo no necesita nada para cambiarse. Media hora después arrancamos. Colina abajo, colina arriba, colina abajo, colina arriba. Y para colmo la mitad del camino está llena de barro. Pero no importa. Tengo que admitir que los paisajes que estoy viendo lo valen. Lagos azules, rodeados de vegetación, y de fondo, montañas nevadas. Imponente. Incluso nos damos el lujo de jugar un rato en la nieve antes de seguir. Una ventaja de esto: cada cinco minutos nos cruzamos con un arrollito que desciende de alguna montaña, por lo que podemos refrescarnos antes de seguir. A pesar de tener lluvia los últimos días parece ser que Odín se acordó de estos turistas y les regaló un dia soleado. Pero estaba tan contento que se le pasó la mano. Hace un calor de cagarse. A la hora y media de caminata llegamos a un gran lago. “Finalmente!!!” Pero Hans me informa que nos dirigimos al lago siguiente, todavía falta. Sin embargo es un buen lugar para hacer una parada. A orillas de este lago hay una cabaña. Nos sentamos allí y comenzamos a charlar. A los pocos minutos noto que Christoph está mirando fijamente hacia una de las ventanas de la cabaña. Y reconozco esa mirada. Yo mismo suelo tener esa mirada cuando tengo alguna idea fantástica. “Vamos a entrar en la cabaña…veamos que tienen adentro.” Dicho y hecho. Agarra un cuchillo de caza perteneciente a Gunter y se pone a trabajar en la ventana, buscando los puntos flojos para poder abrirla. No fue fácil, pero media hora después logra separar la ventana unos veinticinco centímetros de la base, espacio suficiente para que Kai, el ninja del grupo pueda entrar. Una vez adentro Kai destraba las ventanas y todos nos metemos. Es una pequeña cabañita hecha de madera. En su interior vemos varios elementos de pesca: cañas, redes, anzuelos, etc. Y nos ponemos a revisar los muebles y las alacenas. Luego de una rápida inspección salimos de la cabaña para juntar nuestro botín.

La botella verde es un güisky inglés de doce años de antigüedad. Esa botella debe valer, como mínimo, setenta euros. Esto es glorioso. Vodka, licores, güisky, saquitos de té y una revista semi-porno. Una vez arreglada la ventana y con los ánimos renovados por las bebidas recientemente obtenidas seguimos camino. Luego de atravesar una suerte de selva de setos y ramas secas llegamos al lago. Nuevamente quedo anonadado. No, no hay ningún baño cerca. Pero el paisaje es imponente. Increible. Alguien por allá arriba sabía exactamente lo que hacía cuando lo hizo.

Y los muchachos se ponen a pescar, mientras nosotros charlamos y esperamos que tengan suerte, ya que tenemos ganas de agregar algo de pescado a los fideos de esta noche. Dos horas después todo sigue igual. Y la tarde empieza a decaer. Esto lo sé porque tengo reloj, ya que no se puede juzgar por la luz del día. Es casi verano, y estamos en el centro de Noruega. No hay noche cerrada en estos momentos. Son las siete de la tarde y hay tanta luz como hace cinco horas. Pero los ánimos de los que esperamos el pescado empiezan a agotarse. Parece ser que lo único que pescan los chicos son las mismas lombrices que pusieron en los anzuelos antes de arrojarlos al agua. Y así es como volvemos, sin pescado, pero con licor y buenas fotos, como esta:

Pero los pescadores todavía tienen la leche de querer atrapar algo. Por lo que a la mañana siguiente toman sus cañas y arrancan. Julius me invita a unirme a ellos, pero ni mamado camino todo eso de nuevo. Muy lindo el paisaje, bárbaro…pero ni loco. “Hoy vamos a pescar al río, estamos a veinte minutos nomás, copate.” Y bueno, es eso o quedarme jugando cartas con los otros chicos. Además en una de esas descubro que me gusta pescar. Empezamos a caminar y a los pocos minutos atravesamos un pequeño campo lleno de ovejas. Y todos saben lo que se dice de las ovejas. Este es el resultado obvio de vivir con nueve hombres en medio de una montaña noruega (by Hernán Schor):

Llegamos al punto donde vamos a pescar y nos avocamos a la tarea. Cinco minutos después me paro, devuelvo mi caña y regreso a la casa, con la incertidumbre de saber cuál es la parte divertida de pescar. Por favor, que alguien me diga. No puede ser que este sea el hobby más popular del planeta.
Los siguientes días transcurren sin nada digno de ser contado…cartas, caminatas, cartas, baño, etc. Cuando notamos que nuestra estancia en la cabaña se está volviendo monótana decidimos retirarnos. Nos despedimos de la señora (jamás entendí como se llamaba) y encaramos hacia nuestro próximo destino.

Y aquí es donde comienza una parte realmente maravillosa del viaje. El plan es recorrer la costa oeste de Noruega mientras nos dirigimos al sur para poder cruzar hacia Dinamarca. Y el camino nos lleva a través de los famosos fiordos noruegos. Qué carajo son los fiordos? Wikipedia tiene la respuesta:
Un fiordo es un barranco excavado por un glaciar que luego ha sido invadido por el mar, dejando agua salada. Normalmente son estrechos y están bordeados por empinadas montañas, que nacen bajo el nivel del mar.
Cada media hora hacemos paradas para sacar fotos. Es increíble. Cuando se acaba un fiordo nace un túnel que cruza por dentro de una montaña durante uno o dos kilómetros para emerger nuevamente a la luz del otro lado…y a un nuevo fiordo. Luego de un día de viaje llegamos a la región de Stavanger, una de las ciudades más al sur de Noruega, famosa, entre otras cosas por el monumento a Harald Hårfagre, el unificador de Noruega. Tres espadas vikingas de diez metros de altura. Hermoso.

Pasamos la noche en el estacionamiento que se ubica frente a dicho monumento y a la mañana siguiente arrancamos hacia LYSEFJORD o FIORDO LYSE. Es uno de los fiordos más famosos de noruega, porque ofrece una vista desde un acantilado ubicado a 650 metros de altura. Inconvenientes de dicho fiordo: para llegar al acantilado tenemos que hacer una caminata de una hora cuesta arriba. Si a esto le suman el hecho de que llegamos a las siete de la tarde a la base y hay una niebla que sería la envidia de cualquier película de suspenso, podemos deducir que va a estar heavy. Antes de empezar la subida Christoph y Kai comienzan a preparar lo que cenaremos en la cima: SUSHI. No me pregunten de donde sacaron las algas, pero de golpe ambos están cocinando sushi. Que top que somos. Una vez preparado y guardado en las mocholas, arrancamos la subida. Casi muero. No puede ser. Dieciséis años practicando artes marciales, seis años de natación, cinco años de básquet y fútbol regularmente…y no puedo subir esta montaña. Los años no vienen solos. Pero nuevamente lo vale: al llegar a la cima me quedo anonadado. En el medio del precipicio veo un…baño. No, mentira. Pero miren lo que se ve desde la cima:

Luego de sacar fotos varias y quedarnos mirando un rato el espectáculo, comenzamos a cenar.
No creo que haya mucha gente que pueda decir que comió sushi, sobre el borde de un acantilado de 650 metros de altura, en un fiordo noruego.

Una vez finalizada nuestra “frugal” cena emprendemos la bajada. Pero hay un problema. Ya no estamos en el centro de Noruega, estamos en la frontera sur, por lo que aquí si se hace de noche. Y tenemos que caminar una hora, cuesta abajo, siguiendo un camino que no tiene indicaciones y en medio de una neblina terrible.

Increiblemente llegamos todos sanos y salvos a las camionetas. Cada vez más creo que tenemos algunos dioses vikingos de nuestro lado.
A la mañana siguiente nos dirigimos a la costa donde tenemos que tomar un ferry internacional para llegar a Dinamarca. Pero al ver los precios de los ferrys nuestros ánimos decaen terriblemente. En total tenemos que pagar unos mil euros entre camionetas y gente. Totalmente fuera de nuestro alcance. Y que es lo que podemos hacer? Volver hacia arriba y cruzar hacia la comunidad europea desde Suecia? No, jamás. Es demasiado fácil. Cuatro de nosotros decidimos escondernos dentro de los autos. Julius se pasa al baúl del hippie bus y se esconde bajo mantas. Yo me tiro en el suelo de dicho hippie bus y me tapo con las bolsas de dormir. En la casa rodante, Daniel se esconde dentro del baño y Niko debajo de la cama. Una vez hecho esto nos dirigimos a sacar los boletos. Que momento de mierda. Tuve que escuchar como Jascha le decía al agente aduanero “Somos cinco personas entre los dos móviles.” Nuestro plan habrá fallado tan pronto como a alguien se le ocurra decir “Bajen del auto que tenemos que revisarlo”. Además no es que estamos conduciendo un Renault 19, estamos dentro de una camioneta con pintadas hippies y pibes de veinte años. Marihuana debe ser la primer palabra que se le ocurre a la gente cuando ve este auto. Milagrosamente no pasa nada. Le cobran a Jascha y lo dejan pasar. Justo cuando está por arrancar escucho una voz desde afuera de la camioneta “Esperen un momento!”. Mierda, nos agarraron. CONFIESO CONFIESO!!!. Cuando los nervios me están por traicionar escucho “Se le cayó la tarjeta, señor…que tenga un buen viaje.” Era un policía. Creo que nunca tuve tanto miedo…excepto la vez que casi me agarran con todo el quilombo ese de Garcia Belsunce. Una vez arriba del ferry nos bajamos todos rápido de los autos y nos metemos en la sala de viajes, donde nos disimulamos entre la gente y nadie va a pedirnos los boletos. Y así fue como volví a la Union Europea…de forma ilegal. “Guau!!! Que rudo que es este pelado…la tiene clarísima.” Gracias, gracias.

sábado, 25 de junio de 2011

ESCANDINAVIA PARTE 2

Como bien se puede deducir del título del posteo anterior, debe haber por lo menos una segunda parte…
Si mal no recuerdo dejé el relato anterior cuando estábamos acampando a orillas de un lago en Suecia, creando nuestras armas anti trolls. Pero todo lo bueno tiene que bajar. O era todo lo que sube? No importa…la cuestión es que a la mañana siguiente, a pesar de seguir teniendo un clima que seria la envidia de jardinero del Edén, partimos. Próximo destino: Göteborg. No se cuantas horas manejaron los chicos, porque este servidor tiene un don especial para dormir en cualquier tipo de transporte (aquellos que toman el Mitre a las 8 de la mañana probablemente tengan el mismo don), eso incluye camionetas hippies en medio de la ruta, aviones, autos y bicicletas. Dormir mientras se maneja la bici no es de lo más sano que se podría hacer, pero tiene su magia. Pero volvamos al viaje. Odio irme por las ramas…y odio que la gente se vaya por las ramas. Empiezan a contarte algo y de golpe saltan con cualquier otra cosa. Imposible entender algo de esta manera. Göteborg. Cuando llegamos a la ciudad, luego de dar un par de vueltas encontramos un estacionamiento gigante, lugar perfecto para estacionar nuestras carrozas. Una cervecita? Si, por qué no. Nunca está de más. Nos bajamos, pagamos el estacionamiento y vamos a caminar un poco por el centro. Durante la caminata algo llama poderosamente nuestra atención. Sobre una que parece ser la avenida principal viene un camión de carga…esos que se usan para llevar vacas. Pero su carga dista mucho de ser un conjunto de deliciosos bovinos. Una manada de estudiantes vestidos de marineritos y marineritas saltan, cantan, gritan y toman en la parte trasera de dicho transporte. Carajo, que buena idea...para mi próximo cumpleaños alquilo un camión y nos vamos a dar vueltas por ahí. Pasa el camión y nosotros seguimos nuestro camino. A escasos metros de la esquina donde tuvimos el encuentro con la marina sueca aparece otro camión. Deja vú! No, no es el mismo, es otro. Pero las características son las mismas. Estudiantes vestidos de marineros en evidente estado de ebriedad saltan, se empujan, cantan, gritan. Claramente algo pasa. O hay algún evento especial o los suecos celebran todos de la misma manera. Nos acercamos a una señora en la calle y preguntamos. Gracias a Thor (estamos en Escandinavia…hay que meterse en la cultura) que todos hablan inglés. “Che vieja, que carajo pasa? Ló pibe´se volvieron locos?” “No, jóvenes. No están locos. Pero sucede que hoy es el último dia de escuela, por lo que los egresados salen a celebrar…es una tradición de muchos años ya, salir a festejar vestidos de marineros por el centro de la ciudad…y vieja las pelotas pendejo.” Una señorita. Mientras nos dice esto vemos pasar por lo menos tres camiones más con el mismo cargamento.

Parece que llegamos a la ciudad en momento perfecto, todo huele a joda. Julius y yo nos miramos y automáticamente nos entendemos. “HOY SE SALE”. Luego de recorrer la ciudad durante algunas horas volvemos a nuestras viviendas. Y empezamos los preparativos. Primero, cocinar la cena. Jascha se encarga. Fideos FTW. Mientras éstos se cocinan nos dedicamos a hacer lo que mejor saben hacer los alemanes: tomar cerveza. La previa antes de cenar no es muy sana. Sobre todo si dicha previa incluye jugar algunos juegos para tomar y hacer varios shotguns con las latas. Justo cuando todo apunta a terminar en desastre aparece Jascha con la cena lista. Genial. Cenamos…y volvemos a lo mismo. Una hora después tiro el comentario: “Che loco…ya estamos mamados…vamos de joda”. Pero la respuestas no es la esperada. Los muchachos tomaron de más parece. Daniel, Niko, Jascha y Kai deciden quedarse en los móviles a dormirse una nona. Pero Julius y Hans me secundan. Empezamos a caminar y a los pocos segundos se nos une un sonriente Christoph. Y no es difícil adivinar el motivo de su sonrisa. En sus manos lleva una botella pequeña con un líquido incoloro. Agarro la botella y leo la etiqueta: RUM, EXTRA STRONG. %75. Fuck, esto no va a terminar bien. Y llegamos al centro. La primer parada la hacemos en un quiosco para comprar una coca. Son alemanes, pero no enfermos mentales. Nadie toma ese ron puro, ni siquiera para joder. Coca en mano encaramos hacia los boliches donde nos dijeron que está la joda. Pero algo nos detiene. Y ese algo es el sonido de una sirena. Miramos hacia atrás y vemos estacionado un poliauto. El conductor nos hace señas. Nos acercamos y de adentro del coche baja una oficial. Si ustedes recuerdan, en algún momento comenté que las policías en Dublin están buenísimas. Bueno, al lado de esta oficial, las de Dublin son una patada en la entrepierna. Nos empieza a hablar en sueco, pero ninguno la está escuchando. Estamos todos con cara de boludos mirándola. No voy a especificar que miraba cada uno, pero creo que después del escaneo que le hicimos esta señorita va a tener problemas por radioactividad. Y tampoco es boluda. Se da cuenta que no le estamos prestando atención y repite en voz mas alta. Por suerte el elevamiento de la voz hace que salga del trance y le responda que no hablamos sueco, que si por favor puede expresarse en inglés. Y lo hace. “No está permitido tomar en la via publica. Por favor, vuelque el contenido de la botella en la acera.” Me parece que me habla a mí. Si, definitivamente me habla a mí. Lo que quiere decir que debo tener una botella de cerveza en la mano. Si, la tengo. Mierda. Veo un tacho de basura a escasos metros y empiezo a caminar hacia el para tirar el recipiente. “Señor, le dije que lo tire aquí mismo.” La miro anonadado. “Aquí? En la vereda?” “Si…rápido por favor.” No habla en joda. Empiezo a vaciar la cerveza en el piso frente a la atenta mirada de doña oficialestoymasbuenaquecomerpolloconlamanoymehagolamalaporqueesmassexy. Apenas termino de vaciarla me dice que ahora puedo tirar la botella en el tacho…y nos advierte que es una multa de 500 coronas suecas por tomar en la via publica. 500 coronas suecas son alrededor de 50 euros. “Pero podemos arreglar lo de la multa de otra manera…algo más privado tal vez” dice mirándome y me guiña un ojo. Mierda, tengo que dejar de mirar porno, me está afectando. Cuestion que nos fuimos sin la multa porque la poli se puso en copada. “Che…donde mierda está Christoph?” La pregunta se responde sola. Christoph viene caminando hacia nosotros, tomando de su roncoca. “Cuando vi que la mina se enojó por una cerveza me fui cagando…si nos agarran tomando esta porquería nos meten a todos en cana…” Dicho esto toma un cuarto de botella de un tirón. Todavia no lo sé, pero es la última vez que voy a ver  Christoph esta noche. Empezamos a caminar hacia el boliche que nos dijeron los jóvenes de la ciudad. Llegamos a la puerta y empezamos a hacer la cola. “Che…donde mierda está Christoph?” Y no hay respuesta. Desapareció. Estúpido ebrio. Bueno, no importa. Nosotros estamos de joda. La fila avanza y finalmente nos encontramos frente al patova. “Invitaciones por favor…” “No tenemos, pero vamos a pagar la entrada” “Es una fiesta privada muchachos solo para estudiantes y sus invitados. Si no tienen invitaciones no pueden entrar.” FUCK!!! Decepción mil por ciento. Nos vamos de la fila y vemos que a la vuelta del boliche sucede algo. Justo doblando la esquina hay muchos de estos jóvenes marineros. Sobre esa calle hay una salida del boliche por la cual salen todos a fumar. Y entonces hacemos lo que mejor sabemos hacer: sociales.

Como dije, todos hablan inglés. Parece ser que para entrar hay que tener un sellito en la mano. Y una chica (de la cual jamás entendí el nombre) nos dice que tiene una idea. Empieza a lamer su sello y de golpe toma mi mano y me pone el sello sobre mi muñeca. Increiblemente queda bien. Automaticamente Julius hace lo mismo. Y volvemos a la puerta. Hans está haciendo sociales con otra gente. Una vez en la puerta este grupo de chicas entra mostrando el sello y Julius las sigue. Pasa. Genial, solo tengo que mostrar la muñeca y estoy adentro de la joda. Estoy a punto de entrar y se pudre todo. La gran desventaja de ser un hombre calvo, con barba candado y una gran cicatriz rodeando tu cabeza es que no pasas desapercibido. La gente recuerda tu cara. El patova que no nos había dejado entrar antes se acerca y se da cuenta de mi intento fraudulento y me saca. Es la primera vez que mi hermosura me juega en contra. No la pongo más. Frustración elevada a la décima potencia. Vuelvo con Hans. El plan por el resto de la noche: quedarnos ahí charlando con gente. Una cagada. Los dos tenemos un re lindo pedo y lo estamos desperdiciando. Pero no queda otra. Este es el único boliche abierto un miércoles. El resto de la ciudad está cerrado. Una hora después volvemos a las camionetas.
A la mañana siguiente descubrimos que Christoph está vivo. Y que Julius tuvo una ultra noche de ultra joda adentro de ese boliche. No quiero escribir sobre esto. Me frustro más.
Siguiente parada: el mar. No hace falta decir que manejamos un par de horas para llegar a él. Pero finalmente encontramos un lugar para acampar perfecto. Una mini playa, con un hermoso muelle de madera diseñado para poder saltar al agua. Genial. Y esto no es todo. Estamos rodeados por pequeñas montañas y rocas. El paisaje invita a ser recorrido. Y eso hacemos con Julius. Empezamos a caminar. El lugar está lleno de pequeños islotes conectado al continente por rústicos caminos de rocas, si es que pueden ser llamados así. 

A lo lejos vemos una casa en la cima de una colina. Y hacia allí nos dirigimos. La colina está sobre otro islote, pero éste está conectado con un puente que pasa sobre el agua. Mientras lo cruzamos notamos dos cosas: la casa está abandonada, o por lo menos sin nadie que la vigile en este momento, y vemos tres botes anclados cerca de la casa. De nuevo nos miramos y nos entendemos. Cuán épico podría ser afanarnos el bote y llegar a donde están los chicos remando? Demasiado épico. Y eso es exactamente lo que hacemos. Luego de chequear nuevamente que no haya nadie en la isla vamos hacia los botes y nos montamos en uno. Estamos por empezar a remar y escuchamos unos gritos que vienen desde el otro lado del puente. Hans y Christoph se dirigen hacia nosotros. Nos miran, los miramos. Segundos después los cuatro estamos en el bote remando en dirección hacia el resto. Si, nos afanamos un bote en Suecia…quiénes son los más pijas ahora? Pero tenemos un inconveniente: los caminos que de piedras semisumergidas que unen los islotes entre si nos cortan el paso. Luego de tratar de cruzar por varios lados nos damos cuenta que nuestra épica aventura llega a un final amargo. Pero seguimos siendo re pijas. Porque nos afanamos un bote en Suecia…y somos tan pijas que lo devolvemos. Creo que la frustración empieza a ser una constante en este viaje.
Siguiente paso: ir a Noruega. Pero es por todos sabido que Noruega es uno de los países mas caros del mundo. Ya la península escandinava es una región cara, pero Noruega está sobre el resto. Asi que antes de cruzar la frontera tenemos que abastecernos. Y no hablo de comida. Es domingo. Por lo que está todo cerrado. Y cuál es la decisión inteligente? Estacionar las camionetas frente a la licorería y pasar la noche allí. En Suecia y Noruega el alcohol está controlado por el gobierno, lo que implica dos cosas: es caro, porque se pagan muchos impuestos por el alcohol, y solo se puede comprar en estos lugares específicos.
A la mañana siguiente nos levantamos temprano y entramos a la licorería. Creo que nunca vi tanta variedad de cerveza. Luego de varias discusiones al respecto nos ponemos de acuerdo. Vamos a llegar una cerveza negra %7. Cuántas? Ciento cincuenta latas. Estos pibes no se andan con giladas. Vamos a la caja y el señor cajero pregunta quién va a pagar. Doy un paso al frente y saco mi tarjeta de débito. Pero antes me pide una identificación para comprobar mi edad. “Por supuesto señor cajero…aquí tiene”. Y luego pide la identificación de mis acompañantes. Apenas ve la de Christoph me mira y dice “Lo siento muchachitos, no pueden comprar aquí. Para comprar alcohol se necesita ser mayor de veinte” “Pero acabas de ver que tengo veinte sorete!! De que hablás?” “Vos tenés veinte, pero tus amiguitos tienen diecinueve” “Pero YO lo estoy comprando…y YO tengo veinte” “No importa, no creo que vos vayas a tomarte ciento cincuenta latas…ahora váyanse antes de que llame a mi supervisora.” Conocen la palabra FRUSTRACIÓN?. Yo sugiero esperar hasta la tarde y volver a la licorería, pero yo solo. Imposible, tenemos que irnos. Tenemos que llegar a la casa que alquiló Hans en Noruega al dia siguiente, y es un camino largo. Y asi es como cruzamos hacia noruega…sin cerveza. Esto va a estar interesante. Ver cómo actúan los alemanes cuando son privados de su elixir.
Una vez dentro del país vikingo nos separamos. La casa rodante tiene que dirigirse al aeropuerto a recoger a Gunter que llega ese día. Gunter es otro copañero del colegio de estos muchachos, pero se une al viaje en Noruega porque tenia que jugar un partido de futbol americano con su liga. Parece ser que es profesional. En realidad se llama Steffen, pero nadie supo decirme todavía por qué mierda le dicen Gunter. El punto de reencuentro es un pequeño pueblo llamado LILEHAMMER, que se ubica a dos horas del lugar al que tenemos que ir. Y estos alemanes son tan geniales que ponen como punto de encuentro “LA IGLESIA”. Una vez que llegamos a LILEHAMMER le pregunto a Hans “che, sabes donde queda la Iglesia?” “No, pero todas las ciudades tienen Iglesia…esperemos que todos vayamos a la misma”. GREAT PLAN!!! Estos pibes improvisan mas que yo. Y les sale bien. Milagrosamente llegamos a la iglesia del centro y ahí está la casa rodante…próxima parada: DOMBAS, el pueblito donde está la casa en la que viviremos los próximos días.

lunes, 20 de junio de 2011

ESCANDINAVIA PARTE 1

Tarde pero seguro…aca les va el viaje a Escandinavia.
Como dije en el post anterior que ya tan lejano parece, salimos con destino a Copenhaguen. Pero no. Empecemos por el principio. Estabamos en lo de Jascha. Armamos nuestros bolsos (el mio fue solo una mochila con un pantalón, un short, 3 remeras y un par de mudas de ropa interior…el verdadero macho se banca el olor a chivo en la ropa durante 3 semanas y no se queja) y salimos para lo de Hans. Hans es un amigo de Jascha que también hizo intercambio en Argentina hace dos años y es el dueño de la combi VW que será nuestro móvil en esta aventura. Un tren y unas cuadras después estamos en lo de Hans. Alli se encuentra también Julius (no hace falta aclarar que también es alemán), compañero de la escuela de Hans y que se une al viaje. Terminamos de cargar el hippie bus y nos ponemos en marcha. Cabe recalcar que al único que conozco por ahora es a Jascha…el resto son extraños. Me dan miedo. Pero tendre que sobrevivir. Una vez en las calles pregunto cuál es el plan, ya que no tengo la más minima idea de que vamos a hacer. El primer objetivo es llegar a Hannover, una ciudad que anda por el centro norte de Alemania. Alli debemos encontrarnos con el otro bondi en donde viaja el resto de la tripulación del viaje. Pero todavía no llegué a esa parte. El camino a Hannover no es largo, una hora y media nomás. Pero una vez allí no nos encontramos con nadie. En cambio recibimos un llamado del conductor del otro bondi que nos dice que nos tenemos que encontrar en otra ciudad, más al norte. Mierda, nos desviamos varios quilómetros al pedo. Pero todo tiene su lado bueno. Sucede que mientras ocurre el llamado estacionamos en frente de un supermercado, ocasión perfectamente aprovechable para comprar algunos víveres. Entramos al super y arrancamos. Recorriendo esos pasillos llenos de cosas que parecen gritar mi nombre para que las compre nos cruzamos con algo que hace que retenga mi aliento. En frente mio, en el medio del pasillo, imponente, flamante, brillante, omnipotente…se alza un jamón de 7 kg, con un cartel que dice “super oferta”. Miro a los chicos y ellos entienden mi mirada. Las palabras sobran. Cinco minutos después salimos del supermercado con mercaderías varias y el jamón. Todavia no lo sé, pero este jamón tendrá un rol importante en los días venideros. No podemos contenernos y probamos el jamón justo afuera del super. El armado es complicado pero tiene su recompensa: saborear un jamon serrano de la puta madre, acompañado de pan, queso y manteca. Un bocatto di cardinale.

Seguimos viaje. Tenemos que llegar hasta la frontera norte de Alemania, donde al dia siguiente tomaremos el ferry que nos lleva a Dinamarca. Dos horas de viaje adicionales y nos encontramos con el resto de la tripulación, a saber: CHRISTOPH, KAI, DANIEL y NIKO. Ellos se movilizan en la casa rodante de Chris, un hermoso y comodo ejemplar. A todo esto ya es la una de la mañana, por lo cual luego de las presentaciones pertinentes y un par de tragos de un buen güisky, cortesía de Julius, nos vamos a la cama. La distribución es la siguiente: seis personas duermen en la casa rodante y dos en el hippie bus. La noche superó las expectativas la verdad. Me esperaba una noche de mierda durmiendo adentro de una casa rodante compartiendo cama con un alemán (chistes fáciles, abstenerse), pero fue una buena noche de sueño. Mañana siguiente, despertador y arriba. Me cambio rápido pensando que tenemos que salir rápido para agarrar el ferry. Pero nuevamente estoy equivocado. A los alemanes les gusta disfrutar del desayuno, incluso si estan viviendo en casas rodantes y hippie buses. Sacamos las mesas, las sillas y empieza el festin. Cereal, leche, manteca, pan (variedad), queso (y no queso untable…queso de sándwich), dulce y si, infaltable: EL JAMON. Una hora comiendo. Genial, parece el almuerzo. Terminamos y bueno, ahora si, partimos. No, me equivoco de nuevo. A lavar las cosas primero y después lo mas importante. Ahora que es de mañana noto que estamos estacionados en el estacionamiento de un supermercado. “Pero ya hicimos compras ayer!” digo… Los deutsches me miran como diciendo “Pobrecito…no entiende nada.” Christoph, Kai y Daniel se van para el super mientras nosotros terminamos de lavar. A la media hora regresan con 6 cajones de cerveza, cada cajón con veinticuatro botellitas, cada botellita con medio litro de birra alemana. Hagan cálculos. Ahora si entiendo. Listo? Podemos seguir viaje? Si. Arrancamos y encaramos para el ferry. La misma disposición de personas en cada móvil. El ferry dura aproximadamente una hora, nos lleva desde la costa norte de Alemania hasta la costa sur de Dinamarca. Metemos los autos, nos bajamos y vamos al freeshop a mirar huevadas (en todo transporte internacional hay un tax free shop…ahora se algo nuevo). Mirando y mirando veo que los alemanes se focalizan especialmente en la zona de venta de alcohol. “Muchachos, tenemos birra para un batallón, que miran?” Y otra vez recibo LA MIRADA. Diez minutos después estamos cargando cada uno de nosotros una caga de latas de cerveza, somos ocho, con veinticuatro latas cada uno. VA A ESTAR BUENO BUENOS AIRES.

Creo que empiezo a entender a los alemanes. Y me gusta.  El ferry llega y nos volvemos a meter en los autos. Proxima parada: COPENHAGUEN. Pero no cualquier lado en Copenhaguen. El objetivo es llevar a Christiania.
Christiania es un barrio pequeño de unos 800 habitantes que antaño supo ser un terreno militar. Pero en los años 70 un par de rebeldes lo tomaron y lo declararon zona independiente del gobierno, estableciendo una villa hippie. Christiania tiene sus propias leyes y no paga impuestos. Y lo interesante del asunto: es legal la compra/venta/consumo de drogas blandas, entiéndase marihuana. Desgraciadamente está prohibido tomar fotografías. Pero como buen  argentino meto la cámara para hacerme el boludo. Pero en la entrada un danés se aviva de mis intenciones y se me acerca. “Te recomiendo que no lo hagas, joven padawan, podrán ser hippies, pero cuando no se respetan sus reglas el amor y la paz pasan a ser solo meras palabras carentes de sentido…te van a cagar a bifes guachín”. Sus palabras tuvieron el efecto deseado. Me guardo la cámara adentro de la campera y me olvido de su existencia durante nuestra corta estancia recorriendo dicho predio. Es un lugar muy loco, pero no tanto como me imaginé cuando me dijeron “villa hippie libre del gobierno”…me esperaba algo mucho más psicodélico. Pero interesante de todas formas. Luego de un recorrido por allí nos volvemos a los camiones a cenar (estoy salteándome horas y voy a saltearme días también porque sino se hace infinito…ni en pedo escribo tanto y ustedes ni en pedo leen tanto, pajeros.) Unos fideos con un buen tuco, un juego de cartas y a la cama.
Dia siguiente, a recorrer la ciudad de Copenhaguen. Desgraciadamente me olvidé la cámara por lo que no tengo fotos de la ciudad de dia. Hermosa ciudad, a pesar de que el clima no acompaña. Garúa liviano…pero molesta igual. Y aquí es donde me mando la primer cagada, que algunos conocidos han acordado en determinar JUANADAS, ya que no son cagadas comunes, sino cagadas estúpidas que solo yo o mi hermano (en cuyo caso seria denominada PEDRADA) podemos cometer. En una esquina, esperando el semáforo, decido ir a comprarme un pancho en un local que se encuentra a escasos metros. Segundos después tengo el pancho en la mano, giro sobre mis talones para ir al encuentro de mis compañeros de viaje y…no están. Se ve que no se percataron de mi ausencia y siguieron caminando. Se soluciona fácil, saco el celular y llamo a Jascha para ver donde están. Mierda,  el celular se quedó al lado de mi cámara. En medio de Copenhaguen, sin celular, sin mapa…nada. Unica solución posible: caminar de vuelta a Christiania donde quedaron los autos y esperar a que regresen…tendrán que volver en algún momento. Mi castigo por la distracción: tres horas esperando parado bajo la lluvia (los autos estaban cerrados). Pero mi sentido arácnido no falla. Los muchachos regresan a las camionetas para encontrarme durmiendo una placentera siesta al costado de la casa rodante. Que se creen? Estoy en una villa hippie…me re meti en el personaje. Diez minutos después de la llegada de los muchachos se larga a llover. Claramente hay algún Dios cuidándome.
Horas después decido salir. Necesito salir de joda en Copenhaguen, ver como es la ciudad de noche. Pero llueve. Y estos alemanes parecen gatos, no quieren mojarse ni los labios para tomar agua. Excepto uno. Julius me hace el aguante. Con una bolsas de residuos improvisamos unos pilotos y nos ponemos en marcha. Estamos a quince minutos caminando de la ciudad y de los bares.

Y partimos. Como dije, quince minutos después nos encontramos en los bares. Especificamente uno al que se accede bajando unas escaleras, parece un antro. Pero una vez adentro nos damos cuenta que es la que va. Mucha música, mucha gente, mucho alcohol. Y una tarjeta de débito. No se necesita más para que esta sea una noche de joda. Como dije, mucho baile, mucha gente..diversion, pero la noche es joven todavía y la ciudad es grande.  Dos horas después nos cansamos de dicho boliche y salimos. En el medio de la calle hay un hombre que por sus rubios cabellos y celestes ojos deduzco es un lugareño. Detalle: lleva la remera del Barca. Ya tengo un motivo para entablar charla. “Disculpe buen hombre, veo que porta orgulloso los colores de este gran equipo al que llamamos Barcelona, pero también veo que eres de la zona, serias tan amable, mi buen señor, de indicarnos a mi y a mi compañero la ruta para llegar al lugar donde ustedes, los lugareños comparten tragos y anécdotas en un clima de juerga y diversión? Mi compañero de viajes y yo queremos alejarnos de los turistas y conocer la verdadera diversión local.” “Vengan conmigo viejitas, aca la joda la manejo yo…los voy a llevar a un bar re cool con putas y tragos baratos, follow me, counter terrorist win”.

Lo seguimos por intrincadas calles danesas y de golpe un enorme páramo poblado por bares se despliega ante nuestros ojos. Con Julius parecemos dos nenes en una golosinería. No sabemos a que bar entrar primero. Asi que decidimos seguir a nuestro guía que tan bien nos ha sabido llevar. Ingresamos y nos ponemos a beber. Por suerte parece ser que en toda Escandinavia el Inglés se habla casi tan fluido como los idiomas nacionales de cada región, por lo que la comunicación no es un problema. Salgo a tomar aire un momento y cuando vuelvo veo a Julius hablando con dos minas…una morocha y una rubia...en un impas se me acerca y me dice “Parece ser que la morocha es una popstar…anótate el nombre asi después verificamos si es verdad”. MEDINA es el nombre. Curiosamente es una popstar. No la conoce nadie afuera de Dinamarca, pero adentro es muy conocida. Si no me creen busquen en youtube...la morocha es MEDINA.

Y la noche siguió…y nosotros seguimos con ella. Llegamos a las camionetas a eso de las siete de la matina y no pienso explicar el estado en el que llegamos. Pasemos al siguiente destino.
Quedarse en Dinamarca no es nuestra intención, por lo que cuando todos nos despertamos (y luego del desayuno…parece ser que los alemanes se toman muy en serio eso de “el desayuno es la comida mas importante del dia”) seguimos viaje. Proximo objetivo: Suecia. Luego de algunas horas en la ruta y tras pasar otro ferry (es la forma mas rápida y barata de cruzar) ingresamos en el reino de Suecia. Y aquí surge un inconveniente. Todavia trato de explicarme el por qué, pero los guardias aduaneros, que estaban dejando pasar a todos los autos como si fuera una calle normal nos detienen. Estoy seguro que fue algo de rutina, y no tuvo nada que ver con que fueramos cuatro hombres jóvenes manejando un hippie bus con pintadas hippies alrededor...seguro que fue algo casual. Gracias al cielo mis compañeros de viaje habían consumido sus provisiones de yerba mate durante nuestra estancia en Copenhaguen. No tenemos nada que declarar. Revisan nuestros bolsos, nos revisan a nosotros, largan a los perros adentro del auto para que verifiquen si nuestra historia es cierta…y nos dejan ir. Zafamos. AHÍ SE QUEDAN EN SU TRAMPA CHICAS! Seguimos conduciendo y llegamos a lo que parece ser nuestra parada por los próximos días. Una suerte de camping a orillas de un gran lago. HERMOSO. Todo es fantástico salvo un pequeño detalle: LLUEVE COMO LA PUTA MADRE. Un profesor del polimodal de increíble parecido con el padre de Pinocho hubiera dicho “llueven paraguayos de costado”.

De todas formas es tarde, asi que disponemos todas las cosas para tener una cena frugal (si, nos salteamos el almuerzo…el desayuno fue demasiado potente y estos deutsche no parecen darle importancia al mediodía…suerte que en el ferry aproveche para comprarme unas galletitas…y además mi camioneta es la portadora de EL JAMON). Odio cuando los paréntesis se hacen largos, parece un titulo de Les Luthiers esto. Preparamos la cena (fideos con tuco…ahhh esto es un paréntesis corto, como a mi me gusta…FUCK!) y luego, como estoy aburrido y todavía no conozco bien a los muchachos me pongo a preparar un fuego…”pero querido Pelado, no era que llovia mucho?” Ahhh…pero usted, querido lector, que se tortura con estas preguntas, está subestimando mis cualidades. ICH BIN DER FEUERMACHER!!! Asi como Spartacus es el “traedor de lluvia”, yo soy el creador del fuego…y fue un gran fuego…uno que nos permitio saborear STOCKBRÖT (la traducción literal es “pan en palo”). Si después de esta traducción siguen sin entender aca tienen:

Y luego, algo húmedos, pero con los corazones cálidos por las llamas nos vamos a dormir. A la mañana siguiente partimos con destino a GOTEBORG. Pero los hados tienen otros planes. La mañana nos sorprende con un sol increíble. Clima de puta madre. Por concilio general decidimos quedarnos un dia mas. Esto es lo bueno de no tener nada planeado. Y nada mejor que un dia a orillas de un lago sueco, pasándola bien, charlando y divirtiéndonos para comunicarle a los alemanes mi plan en Escandinavia. “Muchachitos…yo se que este es su especie de viaje de egresados…pero les tengo una misión: YO VINE A ESCANDINAVIO POR UN SOLO MOTIVO…CAZAR UN TROLL. Y LOS NECESITO PARA CUMPLIR ESTA TAREA…WHO’S WITH ME???!!!”. LA MIRADA de nuevo. Pero algo pasa. Kai, el chino del grupo (siempre hay un chino en todos los grupos…) se me acerca y medio en secreto me dice “yo te banco…empecemos a crear nuestras armas”. Y a continuación saca un hacha de mano de la casa rodante. Y empezamos a cortar ramas y crear lanzas.

De a poco todos empiezan a unirse…cualquiera que analice la imagen desde fuera diría que tenemos problemas…probablemente los tenemos, pero estos trolls no van a escaparse. Los que se rian de esto son los mismos que van a perecer el dia del outbreak zombie…SHUT THE NON BELIEVER!!!



TO BE CONTINUED…

Gente que perdió tiempo leyendo: