lunes, 20 de junio de 2011

ESCANDINAVIA PARTE 1

Tarde pero seguro…aca les va el viaje a Escandinavia.
Como dije en el post anterior que ya tan lejano parece, salimos con destino a Copenhaguen. Pero no. Empecemos por el principio. Estabamos en lo de Jascha. Armamos nuestros bolsos (el mio fue solo una mochila con un pantalón, un short, 3 remeras y un par de mudas de ropa interior…el verdadero macho se banca el olor a chivo en la ropa durante 3 semanas y no se queja) y salimos para lo de Hans. Hans es un amigo de Jascha que también hizo intercambio en Argentina hace dos años y es el dueño de la combi VW que será nuestro móvil en esta aventura. Un tren y unas cuadras después estamos en lo de Hans. Alli se encuentra también Julius (no hace falta aclarar que también es alemán), compañero de la escuela de Hans y que se une al viaje. Terminamos de cargar el hippie bus y nos ponemos en marcha. Cabe recalcar que al único que conozco por ahora es a Jascha…el resto son extraños. Me dan miedo. Pero tendre que sobrevivir. Una vez en las calles pregunto cuál es el plan, ya que no tengo la más minima idea de que vamos a hacer. El primer objetivo es llegar a Hannover, una ciudad que anda por el centro norte de Alemania. Alli debemos encontrarnos con el otro bondi en donde viaja el resto de la tripulación del viaje. Pero todavía no llegué a esa parte. El camino a Hannover no es largo, una hora y media nomás. Pero una vez allí no nos encontramos con nadie. En cambio recibimos un llamado del conductor del otro bondi que nos dice que nos tenemos que encontrar en otra ciudad, más al norte. Mierda, nos desviamos varios quilómetros al pedo. Pero todo tiene su lado bueno. Sucede que mientras ocurre el llamado estacionamos en frente de un supermercado, ocasión perfectamente aprovechable para comprar algunos víveres. Entramos al super y arrancamos. Recorriendo esos pasillos llenos de cosas que parecen gritar mi nombre para que las compre nos cruzamos con algo que hace que retenga mi aliento. En frente mio, en el medio del pasillo, imponente, flamante, brillante, omnipotente…se alza un jamón de 7 kg, con un cartel que dice “super oferta”. Miro a los chicos y ellos entienden mi mirada. Las palabras sobran. Cinco minutos después salimos del supermercado con mercaderías varias y el jamón. Todavia no lo sé, pero este jamón tendrá un rol importante en los días venideros. No podemos contenernos y probamos el jamón justo afuera del super. El armado es complicado pero tiene su recompensa: saborear un jamon serrano de la puta madre, acompañado de pan, queso y manteca. Un bocatto di cardinale.

Seguimos viaje. Tenemos que llegar hasta la frontera norte de Alemania, donde al dia siguiente tomaremos el ferry que nos lleva a Dinamarca. Dos horas de viaje adicionales y nos encontramos con el resto de la tripulación, a saber: CHRISTOPH, KAI, DANIEL y NIKO. Ellos se movilizan en la casa rodante de Chris, un hermoso y comodo ejemplar. A todo esto ya es la una de la mañana, por lo cual luego de las presentaciones pertinentes y un par de tragos de un buen güisky, cortesía de Julius, nos vamos a la cama. La distribución es la siguiente: seis personas duermen en la casa rodante y dos en el hippie bus. La noche superó las expectativas la verdad. Me esperaba una noche de mierda durmiendo adentro de una casa rodante compartiendo cama con un alemán (chistes fáciles, abstenerse), pero fue una buena noche de sueño. Mañana siguiente, despertador y arriba. Me cambio rápido pensando que tenemos que salir rápido para agarrar el ferry. Pero nuevamente estoy equivocado. A los alemanes les gusta disfrutar del desayuno, incluso si estan viviendo en casas rodantes y hippie buses. Sacamos las mesas, las sillas y empieza el festin. Cereal, leche, manteca, pan (variedad), queso (y no queso untable…queso de sándwich), dulce y si, infaltable: EL JAMON. Una hora comiendo. Genial, parece el almuerzo. Terminamos y bueno, ahora si, partimos. No, me equivoco de nuevo. A lavar las cosas primero y después lo mas importante. Ahora que es de mañana noto que estamos estacionados en el estacionamiento de un supermercado. “Pero ya hicimos compras ayer!” digo… Los deutsches me miran como diciendo “Pobrecito…no entiende nada.” Christoph, Kai y Daniel se van para el super mientras nosotros terminamos de lavar. A la media hora regresan con 6 cajones de cerveza, cada cajón con veinticuatro botellitas, cada botellita con medio litro de birra alemana. Hagan cálculos. Ahora si entiendo. Listo? Podemos seguir viaje? Si. Arrancamos y encaramos para el ferry. La misma disposición de personas en cada móvil. El ferry dura aproximadamente una hora, nos lleva desde la costa norte de Alemania hasta la costa sur de Dinamarca. Metemos los autos, nos bajamos y vamos al freeshop a mirar huevadas (en todo transporte internacional hay un tax free shop…ahora se algo nuevo). Mirando y mirando veo que los alemanes se focalizan especialmente en la zona de venta de alcohol. “Muchachos, tenemos birra para un batallón, que miran?” Y otra vez recibo LA MIRADA. Diez minutos después estamos cargando cada uno de nosotros una caga de latas de cerveza, somos ocho, con veinticuatro latas cada uno. VA A ESTAR BUENO BUENOS AIRES.

Creo que empiezo a entender a los alemanes. Y me gusta.  El ferry llega y nos volvemos a meter en los autos. Proxima parada: COPENHAGUEN. Pero no cualquier lado en Copenhaguen. El objetivo es llevar a Christiania.
Christiania es un barrio pequeño de unos 800 habitantes que antaño supo ser un terreno militar. Pero en los años 70 un par de rebeldes lo tomaron y lo declararon zona independiente del gobierno, estableciendo una villa hippie. Christiania tiene sus propias leyes y no paga impuestos. Y lo interesante del asunto: es legal la compra/venta/consumo de drogas blandas, entiéndase marihuana. Desgraciadamente está prohibido tomar fotografías. Pero como buen  argentino meto la cámara para hacerme el boludo. Pero en la entrada un danés se aviva de mis intenciones y se me acerca. “Te recomiendo que no lo hagas, joven padawan, podrán ser hippies, pero cuando no se respetan sus reglas el amor y la paz pasan a ser solo meras palabras carentes de sentido…te van a cagar a bifes guachín”. Sus palabras tuvieron el efecto deseado. Me guardo la cámara adentro de la campera y me olvido de su existencia durante nuestra corta estancia recorriendo dicho predio. Es un lugar muy loco, pero no tanto como me imaginé cuando me dijeron “villa hippie libre del gobierno”…me esperaba algo mucho más psicodélico. Pero interesante de todas formas. Luego de un recorrido por allí nos volvemos a los camiones a cenar (estoy salteándome horas y voy a saltearme días también porque sino se hace infinito…ni en pedo escribo tanto y ustedes ni en pedo leen tanto, pajeros.) Unos fideos con un buen tuco, un juego de cartas y a la cama.
Dia siguiente, a recorrer la ciudad de Copenhaguen. Desgraciadamente me olvidé la cámara por lo que no tengo fotos de la ciudad de dia. Hermosa ciudad, a pesar de que el clima no acompaña. Garúa liviano…pero molesta igual. Y aquí es donde me mando la primer cagada, que algunos conocidos han acordado en determinar JUANADAS, ya que no son cagadas comunes, sino cagadas estúpidas que solo yo o mi hermano (en cuyo caso seria denominada PEDRADA) podemos cometer. En una esquina, esperando el semáforo, decido ir a comprarme un pancho en un local que se encuentra a escasos metros. Segundos después tengo el pancho en la mano, giro sobre mis talones para ir al encuentro de mis compañeros de viaje y…no están. Se ve que no se percataron de mi ausencia y siguieron caminando. Se soluciona fácil, saco el celular y llamo a Jascha para ver donde están. Mierda,  el celular se quedó al lado de mi cámara. En medio de Copenhaguen, sin celular, sin mapa…nada. Unica solución posible: caminar de vuelta a Christiania donde quedaron los autos y esperar a que regresen…tendrán que volver en algún momento. Mi castigo por la distracción: tres horas esperando parado bajo la lluvia (los autos estaban cerrados). Pero mi sentido arácnido no falla. Los muchachos regresan a las camionetas para encontrarme durmiendo una placentera siesta al costado de la casa rodante. Que se creen? Estoy en una villa hippie…me re meti en el personaje. Diez minutos después de la llegada de los muchachos se larga a llover. Claramente hay algún Dios cuidándome.
Horas después decido salir. Necesito salir de joda en Copenhaguen, ver como es la ciudad de noche. Pero llueve. Y estos alemanes parecen gatos, no quieren mojarse ni los labios para tomar agua. Excepto uno. Julius me hace el aguante. Con una bolsas de residuos improvisamos unos pilotos y nos ponemos en marcha. Estamos a quince minutos caminando de la ciudad y de los bares.

Y partimos. Como dije, quince minutos después nos encontramos en los bares. Especificamente uno al que se accede bajando unas escaleras, parece un antro. Pero una vez adentro nos damos cuenta que es la que va. Mucha música, mucha gente, mucho alcohol. Y una tarjeta de débito. No se necesita más para que esta sea una noche de joda. Como dije, mucho baile, mucha gente..diversion, pero la noche es joven todavía y la ciudad es grande.  Dos horas después nos cansamos de dicho boliche y salimos. En el medio de la calle hay un hombre que por sus rubios cabellos y celestes ojos deduzco es un lugareño. Detalle: lleva la remera del Barca. Ya tengo un motivo para entablar charla. “Disculpe buen hombre, veo que porta orgulloso los colores de este gran equipo al que llamamos Barcelona, pero también veo que eres de la zona, serias tan amable, mi buen señor, de indicarnos a mi y a mi compañero la ruta para llegar al lugar donde ustedes, los lugareños comparten tragos y anécdotas en un clima de juerga y diversión? Mi compañero de viajes y yo queremos alejarnos de los turistas y conocer la verdadera diversión local.” “Vengan conmigo viejitas, aca la joda la manejo yo…los voy a llevar a un bar re cool con putas y tragos baratos, follow me, counter terrorist win”.

Lo seguimos por intrincadas calles danesas y de golpe un enorme páramo poblado por bares se despliega ante nuestros ojos. Con Julius parecemos dos nenes en una golosinería. No sabemos a que bar entrar primero. Asi que decidimos seguir a nuestro guía que tan bien nos ha sabido llevar. Ingresamos y nos ponemos a beber. Por suerte parece ser que en toda Escandinavia el Inglés se habla casi tan fluido como los idiomas nacionales de cada región, por lo que la comunicación no es un problema. Salgo a tomar aire un momento y cuando vuelvo veo a Julius hablando con dos minas…una morocha y una rubia...en un impas se me acerca y me dice “Parece ser que la morocha es una popstar…anótate el nombre asi después verificamos si es verdad”. MEDINA es el nombre. Curiosamente es una popstar. No la conoce nadie afuera de Dinamarca, pero adentro es muy conocida. Si no me creen busquen en youtube...la morocha es MEDINA.

Y la noche siguió…y nosotros seguimos con ella. Llegamos a las camionetas a eso de las siete de la matina y no pienso explicar el estado en el que llegamos. Pasemos al siguiente destino.
Quedarse en Dinamarca no es nuestra intención, por lo que cuando todos nos despertamos (y luego del desayuno…parece ser que los alemanes se toman muy en serio eso de “el desayuno es la comida mas importante del dia”) seguimos viaje. Proximo objetivo: Suecia. Luego de algunas horas en la ruta y tras pasar otro ferry (es la forma mas rápida y barata de cruzar) ingresamos en el reino de Suecia. Y aquí surge un inconveniente. Todavia trato de explicarme el por qué, pero los guardias aduaneros, que estaban dejando pasar a todos los autos como si fuera una calle normal nos detienen. Estoy seguro que fue algo de rutina, y no tuvo nada que ver con que fueramos cuatro hombres jóvenes manejando un hippie bus con pintadas hippies alrededor...seguro que fue algo casual. Gracias al cielo mis compañeros de viaje habían consumido sus provisiones de yerba mate durante nuestra estancia en Copenhaguen. No tenemos nada que declarar. Revisan nuestros bolsos, nos revisan a nosotros, largan a los perros adentro del auto para que verifiquen si nuestra historia es cierta…y nos dejan ir. Zafamos. AHÍ SE QUEDAN EN SU TRAMPA CHICAS! Seguimos conduciendo y llegamos a lo que parece ser nuestra parada por los próximos días. Una suerte de camping a orillas de un gran lago. HERMOSO. Todo es fantástico salvo un pequeño detalle: LLUEVE COMO LA PUTA MADRE. Un profesor del polimodal de increíble parecido con el padre de Pinocho hubiera dicho “llueven paraguayos de costado”.

De todas formas es tarde, asi que disponemos todas las cosas para tener una cena frugal (si, nos salteamos el almuerzo…el desayuno fue demasiado potente y estos deutsche no parecen darle importancia al mediodía…suerte que en el ferry aproveche para comprarme unas galletitas…y además mi camioneta es la portadora de EL JAMON). Odio cuando los paréntesis se hacen largos, parece un titulo de Les Luthiers esto. Preparamos la cena (fideos con tuco…ahhh esto es un paréntesis corto, como a mi me gusta…FUCK!) y luego, como estoy aburrido y todavía no conozco bien a los muchachos me pongo a preparar un fuego…”pero querido Pelado, no era que llovia mucho?” Ahhh…pero usted, querido lector, que se tortura con estas preguntas, está subestimando mis cualidades. ICH BIN DER FEUERMACHER!!! Asi como Spartacus es el “traedor de lluvia”, yo soy el creador del fuego…y fue un gran fuego…uno que nos permitio saborear STOCKBRÖT (la traducción literal es “pan en palo”). Si después de esta traducción siguen sin entender aca tienen:

Y luego, algo húmedos, pero con los corazones cálidos por las llamas nos vamos a dormir. A la mañana siguiente partimos con destino a GOTEBORG. Pero los hados tienen otros planes. La mañana nos sorprende con un sol increíble. Clima de puta madre. Por concilio general decidimos quedarnos un dia mas. Esto es lo bueno de no tener nada planeado. Y nada mejor que un dia a orillas de un lago sueco, pasándola bien, charlando y divirtiéndonos para comunicarle a los alemanes mi plan en Escandinavia. “Muchachitos…yo se que este es su especie de viaje de egresados…pero les tengo una misión: YO VINE A ESCANDINAVIO POR UN SOLO MOTIVO…CAZAR UN TROLL. Y LOS NECESITO PARA CUMPLIR ESTA TAREA…WHO’S WITH ME???!!!”. LA MIRADA de nuevo. Pero algo pasa. Kai, el chino del grupo (siempre hay un chino en todos los grupos…) se me acerca y medio en secreto me dice “yo te banco…empecemos a crear nuestras armas”. Y a continuación saca un hacha de mano de la casa rodante. Y empezamos a cortar ramas y crear lanzas.

De a poco todos empiezan a unirse…cualquiera que analice la imagen desde fuera diría que tenemos problemas…probablemente los tenemos, pero estos trolls no van a escaparse. Los que se rian de esto son los mismos que van a perecer el dia del outbreak zombie…SHUT THE NON BELIEVER!!!



TO BE CONTINUED…

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